domingo, 26 de abril de 2009

Introducción

Los griegos, a través de los mitos, dejaron su sabiduría y enseñanza donde se reflejan las grandes verdades cósmicas y los principios universales. Esta mitología presenta nuestro interior bajo la figura de repugnantes monstruos, pero enseña también a enfrentarlos y a eliminarlos para así alcanzar el Olimpo Interior. Los héroes griegos se caracterizaban por su valentía y fuerza, luchaban con monstruos y realizaban tareas imposibles para el común de los hombres. Hércules viene a representar al Cristo Intimo, al Ser espiritual, prototipo de lo que debe ser el hombre: alcanzar por medio de esfuerzos y súper esfuerzos la perfección espiritual, la auto-realización íntima del Ser.

El argumento de la historia sobre los doce trabajos que Hércules tuvo que realizar se basa en que éste aceptó realizar diez trabajos encargados por Euristeo. Hércules decidió cumplir con estos trabajos a manera de penitencia para poder pagar así la culpa que tenía por haber matado a sus propios hijos y a dos de sus sobrinos. Estos trabajos terminarían siendo doce ya que Hera le diría a Euristeo que Hércules había recibido ayuda en dos de ellos y que tenía que repetirlos. El odio entre Euristeo y Hércules se remontaba a la vez que Zeus proclamó que el próximo hijo nacido en la casa de Perseo se convertiría en rey y que Hera, al oír esto, hizo que Euristeo naciera dos meses antes, pues pertenecía a la casa de Perseo, al igual que Heracles, a quien hizo nacer con tres meses de atraso.

Tras su significado aparente y literal, los mitos griegos siempre han tenido una tradición mística oculta, y de esta forma los trabajos podían ser interpretados como símbolos del camino espiritual. Esto resulta especialmente evidente en el análisis del undécimo, en el que Heracles viaja al jardín en el que crece el manzano que da la fruta mágica, el árbol de la vida, guardado por un dragón y unas hermanas, un paralelismo con la leyenda bíblica del jardín del Edén donde una serpiente animaba a comer la fruta del Árbol de la Ciencia, lo que otorgaba el conocimiento del bien y del mal.

Muchos astrólogos interpretan los 12 trabajos como un recorrido por los 12 signos del zodiaco, aunque los presentan en otro orden:
1) Capturar a la cierva de Cerinia; Simbolizando a Aries
2) Capturar al Toro de Creta; Tauro
3) Robar las manzanas del jardín de las Hespérides; Géminis
4) Robar las Yeguas de Diomedes; Cáncer
5) Matar al león de Nemea ; Leo
6) Robar el cinturón de Hipólita; Virgo
7) Capturar al jabalí de Erimanto; Libra
8) Matar a la hidra de Lerna; Escorpio
9) Matar a los pájaros del Estínfalo; Sagitario
10) Capturar a Cerbero; Capricornio
11) Limpiar los establos de Augías ; Acuario
12) Robar el ganado de Gerión; Piscis

El primer trabajo de Hércules

El primero de los doce trabajos de Hércules fue matar al león de Nemea y despojarle de su piel. Según la mitología griega, el león de Nemea era un despiadado monstruo que suele ser considerado como hijo de Ortos y Quimera, aunque también se ha dicho que habría caído desde la luna, como hijo de Zeus y Selene. El león había estado aterrorizando los alrededores de Nemea, y tenía una piel tan gruesa que resultaba impenetrable a las armas. La única forma de derrotar al animal era usando la inteligencia y la sabiduría. La morada del animal tenía dos entradas: Heracles taponó una de las entradas y acorralándolo por la otra lo atrapó y estranguló metiéndole un brazo por la garganta hasta asfixiarle. Heracles empleó horas intentando desollar al león sin éxito. Por fin Atenea, disfrazada de vieja bruja, le advirtio que las mejores herramientas para cortar la piel eran las propias garras del león. De esta forma, consiguió la piel del león, que desde entonces vistió a modo de armadura. Con la muerte del león de Nemea, Hércules consiguió la invulnerabilidad y poco a poco se va convirtiendo en Dios.

El hecho de que Hércules comenzara a llevar sobre sus hombros la piel del león se puede interpretar como que había dominado las pasiones humanas y la fuerza de los instintos infrahumanos. Al matar al león, Hércules desintegró a las tres furias clásicas que habitan en el interior de cada uno de nosotros y que vienen a representar al demonio del deseo, de la mente y de la mala voluntad.

El segundo trabajo de Hércules

Como segundo trabajo tenía que matar a la hidra de Lerna. En este trabajo lo que necesitó no fue tanto la sabiduría, sino el valor. La hidra era un antiguo y despiadado monstruo acuático con forma de serpiente policéfala y aliento venenoso. Su guarida era el lago de Lerna. Heracles cubrió su boca y nariz con una tela para protegerse de su aliento venenoso y disparó flechas en llamas a su refugio para obligarle a salir. Se enfrentó a ella con una hoz y tras cortar cada una de sus cabezas descubrió que le crecían dos nuevas. Heracles pidió ayuda a su sobrino Yolao. Éste tuvo la idea de usar una tea ardiendo para quemar el muñón del cuello tras cada decapitación, logrando así matar a la Hidra. Heracles tomó entonces su única cabeza inmortal y la enterró bajo una gran roca y mojó sus flechas su la sangre venenosa, completando así su segundo trabajo.

Para algunos, la hidra representa un problema que nunca se acababa o un error que sigues cometiendo, ya que cada vez que le cortabas una cabeza le aparecían dos nuevas. Esta Hidra polifacética e inmortal es también una imagen alegórica que personifica claramente a la mente con todos sus defectos psicológicos. Los agregados psicológicos de múltiple estructura, eliminados en la esfera sumergida lunar, continúan existiendo en los diversos repliegues de la mente, como las cabezas de este fatal monstruo. La gran roca bajo la cual Hércules esconde a la hidra ha de servir como “Piedra filosofal”

Capturarando a una cierva

Para este tercer trabajo, Heracles debía capturar a la cierva de Cerinia y llevarla viva a Micenas para entregarla a Euristeo. Esta cierva, tenía pezuñas de bronce y cornamenta de oro. Estaba consagrada a Artemisa ya que era una de las cinco ciervas que la diosa había intentado capturar para engancharlas a su carro y había sido la única que había logrado escapar. Este animal sagrado era disputado por Apolo, el dios del fuego, una clara alusión del alma humana. Aprovechando que la cierva estaba bebiendo, Heracles le atravesó las dos patas por la piel utilizando una flecha que hizo pasar entre el tendón y el hueso, sin llegar a derramar su sangre. Una vez inmovilizada, la apresó y la llevó a Micenas.

El Jabalí de Erimanto

La cuarta misión a la que había sido encomendado Hércules era capturar al jabalí de Erimanto, que era una criatura que causaba estragos. En el camino hacia Erimanto, hizo una parada para visitar a su amigo el centauro Folo, quien en memoria de tiempos lejanos compartió con él su comida y su vino. Sin embargo, los otros centauros al oler el vino que estaba especialmente reservado para ellos, se enfurecieron de tal manera que atacaron a Heracles, quien primero los rechazó y luego con sus flechas envenenadas mató a varios de ellos mientras los demás se retiraban. Mientras Heracles enterraba a sus víctimas, su amigo Folo sacó una de las flechas de Heracles y la examinó asombrado, pero con tan mala suerte que la flecha se le cayó hiriéndolo en un pié y matándolo. Retomando el trabajo que tenía que finalizar, Heracles encontró al jabalí y persiguiéndole durante varias horas, lo fue acorralando a una zona cubierta de nieve donde saltó sobre su lomo atándolo con cadenas después, llevándoselo a Micenas sobre sus hombros. Este perverso jabalí era el símbolo viviente de todas las bajas pasiones animales.

El quinto trabajo

Los Establos de Augías eran conocidos porquee nunca habían sido limpiados desde que se construyeron. Euristeo le encargó esta extraña misión con el fin de humillarle y ridiculizarle. Pero el cumplió su trabajo abriendo un canal que atravesaba los establos y desviando por él el cauce de los ríos Alfeo y Peneo, que arrastraron toda la suciedad. Obviamente que él nunca se imaginó que Heracles fuera capaz de limpiarlo por completo en un solo día. Esto provocó que Augías montara en cólera porque había prometido a Heracles regalarle una parte de su ganado si realizaba la misión en un sólo día. A pesar de esto, se negó a cumplir su promesa. Al final, el único perjudicado fue Hércules porque encima de no haber recibido parte del ganado de Augías, Euristeo tampoco consideró el trabajo como uno de los diez, ya que Heracles había sido contratado por Augias.

Estos Establos son una viva representación de nuestros propios fondos subconscientes sumergidos, múltiples agregados psíquicos que constituyen el Ego y que pueblan el establo. Dentor del establo habitaban doce toros que alegorizaban el karma zodiacal. El quinto trabajo que Hércules se interpreta como que nosostros mismos debemos saber utilizar sabiamente nuestras energías creadoras para purificarnos y fortalecernos internamente.

Los Pájaros del Lago Estínfalo

Acabar con estas aves era la sexta tarea de Hércules. Los pájaros del Estinfalo se caracterizaban por tener picos, alas y garras de bronce y cuyos excrementos venenosos arruinaban los cultivos. Esta última caracterísitca había provocado que las aves fueran una amenza para el ganado o la población, por lo que Euristeo no dudó en mandar a Hércules. La misión no fue nada fácil ya que las aves eran demasiadas para sus flechas y su legendaria fuerza no le servía de nada. Entonces apareció Atenea y le socorrió dándole un cascabel de bronce y le mandó a que lo tocara desde una colina elevada. Al hacerlo, las aves asustadas emprendieron vuelo y nunca más se les volvió a ver en el bosque y el lago. Muchas de ellas fueron derribadas por las flechas de Heracles y las que consiguieron escapar huyeron hacia la isla de Ares en el Mar Negro donde fueron encontradas años después por los Argonautas.

Estas aves antropófagas vienen a representar los yoes de tipo brujesco que en lo profundo del subconsciente todos los seres humanos llevamos, defectos que debemos combatir para que nuestra conciencia se libere y goce de la dicha y felicidad infinita de los mundos superiores.

El Toro Salvaje de Creta

El toro salvaje de Creta se caracterizaba por expulsar fuego por sus narices y causar estragos en Creta. Este animal viene a representar los impulsos sexuales, irreflexivos y tentaciones sexuales que asedian en forma inclemente al iniciado. La misión que Euristeo le había encargado a Hércules era que pudiera domar al feroz animal. Heracles consiguió subir a lomos del animal y lo condujo, a través del mar Egeo, hasta Micenas. Euristeo, al ver al hermoso animal lo quiso ofrecer a Hera, pero la diosa lo rechazó al ver la ferocidad del toro por lo que Euristeo lo dejó libre. El toro causó estragos allá por donde pasó, hasta que finalmente el héroe ateniense Teseo consiguió matarlo en la llanura de Maratón.

Las Yeguas del Rey Diomedes de Tracia

El rey Diomedes tenía cuatro yeguas que comían carne humana. Éste las tenía atadas con cadenas y las alimentaba con la carne de sus inocentes huéspedes. Estas infernales yeguas alegorizan elementos infrahumanos pasionales profundamente sumergidos en regiones del subconsciente. Cada persona debe eliminar de su mente la totalidad los elementos subjetivos y la pasión animal. Euristeo le encargo a Hércules como octavo trabajo que las robara. Heracles partió con un grupo de voluntarios y consiguio arrebatárselas a Diomedes. Éste se enfureció tanto que junto a un ejército para matar a Heracles. Sin embargo, Hércules lo mató primero arrojando su cuerpo aún con vida a sus yeguas. Tras devorarlo, las yeguas se volvieron tan mansas que el héroe las pudo atar al carro de Diomedes y se las llevó a Micenas, donde fueron regaladas a Hera. Se dice que las yeguas murieron en el monte olimpo devoradas por las fieras y las alimañas.

El noveno trabajo de Hércules

Hipólita es la reina amazona, dueña de un cinturón mágico que le había regalado su padre, Ares, el dios de la guerra. El trabajo que le fue encargado a Hércules esta vez fue robar el cinturón de Hipólita, a petición de Admete, la hija de Euristeo. Existen dos versiones sobre cómo Hércules captura el cinturón. La primera dice que Heracles consiguió el cinturón secuestrando a la hermana de Hipólita, Melanipa, y exigiéndolo como rescate. En una segunda versión un poco más romántica, Hipólita se enamora de Heracles y le da el cinturón voluntariamente. Ese cinturón maravilloso y emblema de la feminidad pierde todo significado y valor al ser separado de su legítima poseedora. Por lo tanto, el amor y la no violencia, hacen que su conquista sea realmente significativa y valedera.

Son nueve grados los que Hércules necesita para lograr la perfección de la maestría. Cada grado tiene sus correspondientes pruebas. La lucha que Hércules, quien está representando nuestro paso por el karma espiritual, tiene que enfrentar es consigo mismo. Si el adepto logra vencer su propia naturaleza y liberar su conciencia, entonces consiguirá la resurrección de su Ser.

Los rebaños de Gerión

Gerión era un gigante monstruo alado. Hijo de Crisaor y Calírroe. Estaba formado por tres cuerpos humanos completos unidos por la cintura. Con sus seis brazos era invencible, y desde el aire utilizaba un arco con uno de sus cuerpos mientras blandía una lanza con otro. Sus tres cabezas le hacían además dueño de una gran sabiduría. Hércules lo mató disparándole una flecha que le atravesó sus tres cuerpos cuando éste lo persiguió en busca de venganza por haberle robado su rebaño de vacas rojas y bueyes. Este abominable monstruo nos hace darnos cuenta que el tamaño no te hace más poderoso ni más hábil que el resto y que, por muy grandes que puedan parecer tus problemas, siempre podrás salir adelante.

El jardín de las Hespérides

El Jardín de las Hespérides es el huerto de Hera, donde un único árbol daba manzanas doradas que proporcionaban la inmortalidad. Los manzanos fueron plantados de las ramas con fruta que Gea había dado a Hera como regalo de su boda con Zeus. A las hespérides se les encomendó la tarea de cuidar de la arboleda. Solo por precaución, Hera también dejó en el jardín un dragón de cien cabezas llamado Ladón que nunca dormía. Hércules engañó a Atlas para que recuperase algunas manzanas, ya que era el padre de las hespérides. Hizo un pacto con él para que mientras buscara las manzanas, Hércules sujetaría el cielo. Al volver con las manzanas, Atlas decidió no aceptar la devolución de los cielos y dijo que él mismo llevaría las manzanas a Euristeo. Sin embargo, Hércules era astuto y le engañó de nuevo pidiéndole que sujetase el cielo un momento para que pudiera ponerse su capa como almohadilla sobre los hombros. Entonces Heracles tomó las manzanas y se marchó. Esta tarea, al igual que la de la hidra y otras más, demostraron como Hércules no solo necesitó usar su fuerza y valor para llevar a cabo su objetivo, sino también su inteligencia y sabiduría.

El último trabajo

La última prueba que tendría que afrontar Hércules no sería nada fácil. Se trataba nada más y nada más que de ir a buscar a Cerbero a los infiernos y llevarlo frente Euristeo. Cerbero, también conocido como Can Cerberos, era el perro de Hades. La mitología griega lo describe como un monstruo infernal de tres cabezas con una serpiente en lugar de cola e innumerables cabezas de serpiente en el lomo. Cerbero guardaba la puerta de Hades y aseguraba que los muertos no salieran y que los vivos no pudieran entrar. Para completar este último trabajo, Hércules necesitó de la ayuda de Orfeo, quien usó su música para calmarle y dormirlo.

El perro Cerbero, personificado por tres cabezas (el antiguo delta del Guadalquivir), las serpientes de su lomo (los numerosos caños o esteros que divergían del río) y una larga cola (el tramo alto con un cauce único del río) sería el mismo valle del Guadalquivir, de cuyas riquezas se querían apoderar los fenicios. La cláusula de que Hércules se debe llevar a Cerbero sin dañarlo, se puede interpretar como que los fenicios llegan a un pacto con el rey de Tartessos (personificado ahora por Hades, rey de la metalurgia) para llevarse sus riquezas(Cerbero) hacia oriente sin destruir el territorio. De cualquier, forma los picotazos no mortales de Cerbero se pueden suponer como rebeliones o pequeñas luchas de resistencia contra el nuevo poder sin mayores consecuencias.